El nuevo instituto se ubica en una parcela rectangular de topografía sensiblemente plana del ensanche de Barcelona. Sus lados mayores dibujan los frentes de la calle Consell de Cent y el interior de manzana, una zona ajardinada ya existente de notable valor ambiental. Los lados menores definen los límites con los dos futuros equipamientos vecinos situados sobre los chaflanes: la guardería y viviendas en el lado de la calle Comte Borrell y la Escuela de las Artes en la fachada de Viladomat.
El edificio se propone con un esquema en forma de T, con un lado largo que define la alineación a la calle y un volumen perpendicular cuya estructura se dispone en la franja de separación entre las dos pistas. Los dos cuerpos edificados dibujan dos grandes patios orientados a mediodía y abiertos al interior de manzana, facilitando que el sol y la vegetación se incorporen como ingredientes en la definición del paisaje interior del instituto. Un vacío en planta primera del volumen perpendicular permite la aparición de un gran espacio cubierto que relaciona a modo de balcón los dos grandes ámbitos abiertos del instituto.